El presidente Felipe Calderón ya trae nueva jugada, si al principio era el empleo y le siguió la seguridad, ahora la cruzada va en favor de una reforma electoral. Qué por favor ya se le haga una.
La propuesta que rumbo al Congreso va, contempla la reelección de alcaldes y diputados. Esto es, que los políticos que quieran dobletear en dichos cargos de elección popular, deberán ser calificados por sus electores respecto a su primer mandato. En teoría, se verán forzados a realizar una buena gestión y a terminar con finanzas sanas pues le apostarían a sucederse ellos mismos.
El gobernador Humberto Moreira ya opinó, y señaló que si se harán cambios, que de una vez se incluya la figura del gerente de la ciudad.
Imaginemos una administración municipal donde si bien los cargos de confianza sean designados por el alcalde o el partido de esta, la supervisión del trabajo de dichos empleados esté a cargo de un gerente de la ciudad completamente autónomo a las decisiones del munícipe.
Esto es: “Qué bueno que eres de las confianzas del presidente municipal, pero para conservar tu puesto deberás seguir las reglas y generar resultados como cualquier otro empleado”.
Un gerente de la ciudad es una posición administrativa y no política, que como finalidad tiene buscar la eficiencia del aparato municipal sin importar sean o no tiempos electorales, inicio o finalización de la administración o la ideología partidista del alcalde y su planilla.