Después de dar a conocer la muerte del narcotraficante Héctor Saldaña Perales, El Negro, antes que la procuraduría del Distrito Federal, el alcalde de San Pedro Garza García, Nuevo León, Mauricio Fernández, se ubicó el ojo del huracán pues reconoció que pretende trabajar con uno de los llamados “grupo de limpieza” contra el crimen organizado.
El edil dijo que: “Los delincuentes aquí no tienen cabida y se van a ir por las buenas o por las malas”, y aceptó que actuará en determinados casos al margen de la ley.
Los actores políticos así como los analistas a nivel nacional y en lo local con razón volcaron sus declaraciones y materiales periodísticos en contra de la medida del edil que por su naturaleza rompe con el estado de derecho para establecer una ley de la selva.
Pocos de los juicios que se emitieron por esta radical iniciativa, profundizaron en el origen a esta y otras propuestas radicales como la pena de muerte, la militarización del país, el ablandamiento en los requisitos judiciales para el actuar de las fuerzas de seguridad. Es el fracaso de Felipe Calderón en el manejo del país la causa principal causa, pues nos falló en primera instancia con la promesa del empleo y ahora quiere que se nos olvide su infructífera campaña contra el crimen organizado.
Sin bien es cierto que todos los nivele políticos de México son corresponsables del estado precario de la seguridad, el liderazgo del presidente que al principio del sexenio nos aportaba cierta confianza ahora se percibe ausente. Donde está Felipe Calderón, ya no se le ha visto.
Los episodios de crueldad y las cifras de muerte superiores a las guerras en medio oriente continúan siendo el pan de todos los días. De ninguna manera justifico los grupos paramilitares de limpieza, pero lo que no comprendo es lo poco exigentes que somos los mexicanos con nuestros políticos. Permitimos los intentos fallidos por resolver los problemas y nos quedamos callados cuando se fracasa.
Está bien criticar a aquellos que en la desesperación ofrecen alternativas radicales y al margen de la ley, pero que no se nos olvide el origen de la problemática.
Continúa el incremento de pobres y la falta de oportunidades en México.
Cierro con una frase del escritor ruso Fredor Dostochevsky.
Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.